Por: Equipo Ckuri
Fotografías: Carolina Panozo Vielma, Edgardo Solís Núñez, Juan Pablo Loo Olivares

El litoral de la región de Antofagasta atesora en su abrupta geografía el arte rupestre de los primeros habitantes de la cordillera costera del desierto de Atacama, vestigios de una cultura de navegantes que floreció entre las planicies costeras y quebradas de aquel cordón montañoso coronado de cactáceas que separa el vasto Océano Pacífico del desierto más árido del mundo.

El arte rupestre es una ventana al pasado, que nos enseña las múltiples dimensiones de un mundo desaparecido, cuyas prácticas se plasmaron sobre paredones rocosos que reflejan el medio natural, social y cultural de los artistas.

Respecto a la antigüedad de las pinturas, aún no existe consenso en la comunidad científica. Algunos expertos fijan su data en 9.000 años, destacando las muestras del Sitio de Punta de Plata. Otros investigadores han propuesto fechas mucho más cercanas, entre el año 500 y 1.000 DC.

QUEBRADA BOTIJA

Descubiertas en 2014, las pictografías de Quebrada de Botija se suman al inventario de sitios con expresiones de arte rupestre de los primeros habitantes de la cordillera costera. Corresponde a un bloque granítico de 5 cinco metros de longitud, cuyos lados fueron pintados con formas geométricas y abstractas, con escenas de caza y silueta de enormes cetáceos, calamares y tiburones.

QUEBRADA IZCUÑA

Registrada por primera vez por el geólogo Javier Alvarez, la Quebrada de Izcuña se ubica a 25 kilómetros al norte de Paposo, albergando en sus áridos faldeos más de 300 pictografías distribuidas entre los 800 y 1.300 metros de altura. Bloques y paneles con elementos comunes al estilo “El Médano”: animales marinos y embarcaciones, acompañados de diseños abstractos y camélidos.

PORTEZUELO 22

Emplazado en la Depresión Intermedia de Taltal, condición que lo sitúa como el yacimiento arqueológico más oriental en el que se hayan registrado representaciones de estilo El Médano, Portezuelo 22 se compone de cinco bloques rocosos con pinturas rupestres, colindante a una estructura habitacional donde se pueden hallar soportes planos con restos de pigmento rojo, manos de moler y herramientas líticas.

QUEBRADA EL MÉDANO


Registrada por Augusto Capdeville en 1918, la Quebrada de El Médano guarece uno de los yacimientos de arte rupestre más notables del Pacífico sudamericano”. Más de mil figuras pintadas con óxido ferroso sobre la roca, reproducen peces, zorros, tortugas, guanacos y la caza de cetáceos sobre pequeñas embarcaciones, definiendo un estilo único que plasmó la relación de los primeros habitantes de la costa con su territorio.

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