Equipo CkuriPor: Edgardo Solís Núñez
Fotografías: Andrea del Solar
Madre, profesora, gestora cultural y muralista son las cartas de presentación de Andrea del Solar (36 años), una líder en materia de emprendimiento social y quien a través de su arte ha hermoseado Antofagasta, con frases motivacionales, colmadas de identidad, color y sentimiento.
¿Cómo nace el vínculo con el mundo del arte urbano, el grafiti y el muralismo?
Desde los 14 años empecé a vincularme con el arte urbano. Primero, a través del canto y luego con el grafiti. Comencé haciendo bombitas con cal y spray, pero me distancié del movimiento por años hasta que en una visita a Valparaíso, tuve la fortuna de conocer a un grupo de mujeres pinturas, de nacionalidad brasileña, cuya forma de pintar y pararse frente al muro me enamoró, reencantando mi vocación y reforzando mis motivaciones.
¿Cuál ha sido tu motivación para regalarle a Antofagasta un muralismo motivacional y con contenido?
Para mí es un verdadero acto de sanación que ha ido evolucionando con el tiempo. Todo se gestó como una manera de neutralizar un difícil momento por el que atravesaba. Un día, caminando por la calle, un grafiti con la consigna “aguante”, llamó mi atención y me permitió descubrir que las palabras positivas y las frases motivacionales no sólo mejoraba mi estado de ánimo, sino que además activaban mi parte creativa y artística. Es así como comencé a pintar los muros de la ciudad con frases motivacionales, que no tenían otra intención de sanarme, de hacerme “nanai”.
Escribir, decorar y pintar frases como “sonríe” o “resiste” tenían como único fin generar un catálogo personal de intervenciones que almacenaba en mi cuenta de Instagram; como respaldo y constancia del proceso creativo y artístico, para conocer mi evolución.
Un arte sanador que evolucionó y fue muy bien recibido por la comunidad
Nunca pensé que estas intervenciones personales e íntimas pudieran calar profundo en las personas. Ensayar, transcribir, pintar y decorar las letras y las frases me ayudaban mucho, y fue así como nacieron los murales: ahora buscaba como artista un doble impacto, con la palabra y el color. Luego, las personas empezaron a comentar en mis redes sociales, lo que generaban mis frases en sus estados de ánimo, lo cual me impulsó a continuar con las intervenciones urbanas durante los 3 años que llevo pintando. Me siento feliz al lograr traspasar mis emociones. Es un arte de sanación.
Por lo tanto, no sólo lo podemos abordar como un proceso creativo, sino que cuando la obra toma vida en el muro, ésta sigue contando historias, como me ha ocurrido con el mural ubicado en Avenida Angamos con Calle Talca (“Confía en las Señales”), el cual ha llegado a la memoria emotiva de muchas personas.
PROYECCIONES
Con casi una década de trayectoria en innovación social y emprendimiento, Andrea ha logrado conformar un equipo de trabajo que le permite incursionar en diferentes espacios creativos y de gestión, sin miedo ni limitaciones, hoy lidera la exitosa experiencia del Festival “Voh Dale”, ampliando la oferta cultural para la Región de Antofagasta.
“La realidad es que hago todo esto porque no quiero ser profesora, no me gusta el sistema educativo, y debo vivir de algo. Tampoco me gusta tener un jefe, por lo que tuve que inventar una estrategia de vida y de economía, para sacar todo adelante. En mi modelo de gestión aplicas docencia, vocación e inclusión. Todo es pedagógico. En todo este proceso he encontrado el apoyo de mis compañeros, de mi equipo de trabajo conformado por “PiliVinyl” (muralista), “Fakbrats” (productor musical) y Valentina (“administración”)”.
¿Cuáles son tus próximos desafíos?
Estamos trabajando con el proyecto “VOH dale en tus recreos”, el cual tiene por objetivo llegar a las escuelas y liceos con los artistas urbanos. Principalmente, a jóvenes que estén cursando entre I a IV medio, a quienes un artista urbano les pueda contar sus experiencias y motivarlos; toda vez que muchos de ellos pertenecen a la misma generación y los estudiantes se conectan con los artistas jóvenes.
