Detrás del pincel y los colores

Por: Osvaldo Urrutia Madariaga
Fotografías: Osvaldo Urrutia Madariaga

El arte como fuente para canalizar emociones. Así se puede resumir el trabajo que realiza, tanto en aula como en su estudio, el pintor antofagastino Marcelo Bordones Meneses, quien es profesor de Artes Visuales en Talenart Home School.

El “profe” Bordones también fue académico en la Universidad de Antofagasta por 13 años, casa universitaria dónde también estudió diseño gráfico y previamente pasó por el Liceo Experimental Artístico (LEA). Con pasión habla del trabajo que hace en la sala de clases, dado que es un convencido que entremedio de tantos gadget es clave expresar, junto a canalizar los sentimientos y la inteligencia emocional, todo ello desde las artes.

¿Por qué la pintura?

Mi primera emoción y cercanía fue cuando mi madre llegó a la casa con un calendario de pintura chilena. Yo era un niño y no podía creer que alguien hiciera eso (pintura). Estudié en una Escuela Pública, “Padre Gustavo Le Paige”, y en la década de los 80 tener expectativas grandes era difícil, pero en 1987 gané un concurso nacional de dibujo que hizo Correos de Chile. Posteriormente, en el LEA me ofrecieron una beca, donde conocí al maestro Waldo Valenzuela, quien hizo un clic más profundo en mi cabeza y corazón, y él justamente pasó de ser un maestro de pintura a ser mi mentor.

MUJERES

En tus pinturas está marcada la representación femenina, ¿a qué se debe esto?

En este calendario estaba representada una obra de Alfredo Valenzuela Puelma, “La perla del mercader”, que después la pude apreciar en el Museo de Bellas Artes de Santiago, quedé impactado y fue un motivo para dedicarme a esto. Además, con el paso del tiempo, el tema de la mujer es una constante, pero no el retrato clásico, sino que desde el surrealismo, un poco de realismo mágico.
Aparte que desde niño vi como un desafío pintar a la mujer con sus formas, sus expresiones; dado que es más simple dibujar al hombre, cuya estructura es simple, a diferencia de la femenina que es compleja.

Justamente, en tus obras está presente el realismo mágico…

Siempre me gustó el tema de la figura humana, y el realismo mágico porque desde niño me llamaban la atención las obras de Salvador Dalí, aunque su rostro me asustaba. Y con el paso del tiempo me empezó a gustar esta mezcla de los sueños y de lo onírico. También influyó Moebius, ilustrador francés, cuyos trabajos me impactaron en cómo trabaja el tema de los sueños.

Aparte, cada cuadro tiene un mensaje que entregar, donde uno no necesita ser grotesco o grosero, sino que desde la belleza uno puede hablar y entregar un concepto.

WALDO VALENZUELA

¿Cuál fue la importancia de la familia para apoyarte en esta veta artística y no pensar en una carrera convencional?

Todo esto fue en 1987, cuando salí de octavo básico. Era una época difícil en el país y yo venía de una familia donde mi madre era asesora del hogar. Ella siempre me apoyó, dado que vio que éste era mi camino.

¿El maestro Waldo Valenzuela fue clave para llevarte a la docencia?

Por supuesto, fui su ayudante en el LEA y me di cuenta que me encantaba enseñar, entonces cuando me abrieron las puertas en el Talenart Home School, me enseñó que es posible cambiarle la vida a los chicos a través de las artes. Uno mira para atrás y se dice: “No me he hecho rico, pero siento que he dejado un granito de arena en esos jóvenes”, y con eso uno se da por pagado.

¿Qué te hace más feliz como artista?

El hecho de crear y pintar, es decir, hacer lo que quiero hacer. Lo otro es tener la oportunidad de estar exponiendo y dar a conocer mis obras, pero la libertad de decidir lo que hago, es impagable. Picasso decía que el pintor pinta lo que vende, el artista vende lo que pinta.

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