Por: Patricio Vega Contreras
Fotografía: Sebastián Rojas Rojo

Desde niña la música es parte de su vida. Su casa en Tocopilla siempre fue un punto de encuentro para los integrantes de “Mala Hierba”, el grupo donde su padre tocaba la guitarra acompañado de Meme Cuevas y Eric Maluenda (ambos de Illapu). Este “guitarreo” también era sinónimo de fogatas y playa.

La protagonista de esta historia es Sandra Delgado Villacorta (más conocida como Sandy D). Alta, delgada, de voz profunda, con un estilo muy propio y quien actualmente tiene una “mochila” cargada de sueños, siempre buscando nuevos desafíos en su pasión de cantar.

Su debut sobre los escenarios se remonta a los 15 años con el grupo Mucardas en 1997, haciendo covers de clásicos como Pink Floyd y The Beatles, para luego participar en diferentes proyectos musicales. Pero es en 2013 cuando nace la banda Sádica, con la que gana un año más tarde el premio a la Mejor Vocalista en el Festival de Bandas Rock en Antofagasta. Ya con una trayectoria consolidada, a comienzos de 2020 inicia su carrera como solista, aunque sin descuidar el trabajo con su agrupación de origen.

Ahora, esta inquieta profesora de Inglés aterriza en el panorama musical con una serie de nuevos proyectos, entre ellos “Mujer & Piano”, una apuesta intimista de su autoría y que pretende llegar a diferentes teatros de la región.

¿Quiénes son tus grandes referentes en cuanto a música y estilos?

Janis Joplin fue un verdadero descubrimiento para mí y Pink Floyd, son mis favoritos en lo que se refiere a artistas extranjeros, mientras en el ámbito latinoamericano mi referente es Mercedes Sosa, porque siempre estudio su voz. En Chile, mis favoritos son Francesca Ancarola y, por supuesto, Víctor Jara y Violeta Parra. También tengo una base de harto jazz y me gusta escuchar las voces femeninas, especialmente en el contralto.

NUEVOS PROYECTOS

¿Cómo ha sido ser cantante en tiempos de pandemia?


Fíjate que ha sido mucho mejor, al menos para mí. En este tiempo, me llamaron para un proyecto “Musas del Norte Grande”, liderado por Beatriz Alvarez, y desde ese momento se me abrieron otras puertas, con gente que no conocía. Vinieron conciertos en el Café del Sol y después me llamaron del Teatro Municipal de Antofagasta para realizar “Mujer & Piano” en marzo , que es un proyecto mío que nació hace dos años.

¿Y qué significa Mujer & Piano para ti?

Siempre había tenido la idea de cantar en un teatro con un formato elegante, con un piano de cola, y luego fuimos incorporando otros instrumentos como el saxofón. Esto lo empecé en mi casa y le pedí a un amigo que grabáramos “Gracias a la vida” en piano, y la idea fue hacerlo en una sola toma vocal, fue la primera canción e incluso tengo un video, pero aún no lo he mostrado. Después vinieron más y más.

¿Y por qué el piano?

Es el instrumento que más me gusta, es el que lo abarca todo, pues es elegante y tiene una resonancia diferente. El piano es un instrumento completo. No sonaría Mujer y Guitarra, aunque mi instrumento es mi voz.

DESAFÍOS

¿La tecnología en pandemia fue una ventana para ser más creativa y proyectar tu carrera a públicos de Chile y el extranjero?


Grabé con buenas cámaras y luego utilicé de mejor manera el Instagram, con nuevos seguidores que te van viendo y también como una manera que miraran mi trabajo en otras partes. Eso permite ampliar y es algo muy interesante en lo que estamos trabajando. Te conoce otra gente de otros lados y así puedes trabajar en tu maqueta, grabas y después lo armas en un estudio.

¿Cuáles son tus próximos desafíos en materia musical?

Ahora estoy trabajando en mi primer álbum como solista que se llama “Perla”, que tendrá 7 u ocho canciones. También me gustaría llevar Mujer & Piano a Tocopilla y otros lugares de la región. Y de ahí que vengan más cosas. Mi sueño sería salir al exterior, pero no para hacer algo tan masivo, pero sí importante. Ese es un sueño que me gustaría cumplir.

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