- Texto extraído de la Investigación patrimonial “Barrio Estación” en la ciudad de Antofagasta, realizado (en proceso) por Fundación ContextoAtacama, estudio, protección y desarrollo de los contextos urbanos y arquitectónicos de las comunidades del Desierto de Atacama.
El Barrio Estación se presenta para quienes transitamos por este antiguo sector de Antofagasta como un enclave representativo del otrora “Puerto salitrero”, aun cuando éste se encuentre en una zona intermedia -entre el borde costero y la Cordillera de la Costa- en el “corazón” de la ciudad, lugar donde se posaban los trenes en la Estación e instalaciones ferroviarias que le dieron su nombre.
Este sector no sólo se caracteriza por la impronta ferroviaria, sino también por la presencia de valiosos casos del patrimonio “doméstico” del sector, representado por sus viviendas, las que con su fachada continua conforman, junto con sus veredas, una idea urbana del barrio, especialmente en calles como Iquique, Adamson, Caracoles y Huanchaca.
Estas viviendas definen una de las dimensiones más importantes del patrimonio urbano-arquitectónico de un asentamiento, puesto que constituyen un gran porcentaje dentro de cualquier sector, pero especialmente debido a la caracterización que ellas nos entregan de los procesos culturales asociados al sector, como son el modo de vida, sistemas espaciales (distribución interior), sistemas constructivos, etc.
En este caso, nos centraremos en uno de los más relevantes como son las viviendas de madera construidas con el sistema de Ballón Frame y el “palo ahogado”, que no son exclusivos del sector, pero da cuenta del periodo más antiguo de la ciudad, aunque no necesariamente el fundacional probablemente mucho más precario -hoy extinto-.
CONSTRUCCIONES
El Ballón Frame consiste en la definición de tabiques o paneles de madera, donde estructuralmente se disponen una serie de “Pies derechos” -pilares de pequeña sección- distantes unos 40 centímetros entre sí, con diagonales especialmente en las esquinas, cuyo revestimiento se conforma con el “entablado” horizontal tanto por fuera como por dentro de la estructura. Mientras que el “palo ahogado” consiste en construcciones de muros definidos también por “pies derechos” pero esta vez completados entre ellos por concreto, configurando finalmente su expresión al mostrarse casi siempre sin ocultar su materialidad.
Ambos sistemas constructivos son reconocibles en el Barrio Estación, al mismo tiempo que puede también verse este sistema en otros sectores poblacionales antiguos de Antofagasta -Miramar, Favorecedora, entre otros- como también en asentamientos salitreros tales como Pedro de Valdivia y María Elena, especialmente en lo que se refiere al “Palo Ahogado”.
Por otra parte, este sistema constructivo responde a una manera rápida y eficiente de construcción, especialmente a principios del siglo XX utilizado hasta mitad de ese mismo siglo, estableciéndose como un sistema de autoconstrucción, que responde de manera efectiva ante los movimientos sísmicos, y el paso del tiempo.
CARACTERÍSTICAS
Interiormente, la vivienda constituye otro aspecto muy relevante, puesto que el zaguán -espacio intermedio- asume este rol articulador del exterior con el interior, y a su vez con los recintos interiores (habitaciones, estar), como también el uso de pasillos cuando el acceso se encontraba lateralizado dentro de la fachada, siendo este espacio considerado también como un espacio “ocupable” donde se ubicaban mesas, repisas y sillones, siendo este no sólo un pasillo sino más bien un espacio más dentro de la vivienda, sobre todo al tratarse de propiedades de larga extensión que pueden llegar a los 50 metros de fondo, con pequeños anchos de fachadas.
Se busca, entonces, reconocer el valor que la vivienda posee dentro de la trama de este antiguo sector de la ciudad, no sólo desde su aspecto urbano sino también el arquitectónico, entendiendo por ello su exterior como su interior (organización y estructura) en su conjunto, siendo esta última relevante para el barrio, puesto que evidencia el modo de vida que se desarrollaba y aún se desarrolla por sus más antiguos habitantes y sus descendientes.
En este sentido y buscando establecer ciertos lineamientos para reforzar-fortalecer el carácter ferroviario del barrio, es que nos preguntamos: ¿por qué hemos dejado de proteger o al menos interesarnos por esta arquitectura anónima, y sólo utilizamos la palabra patrimonio con los inmuebles más reconocibles?, ¿no es tan importante el lugar donde trabajaban (ferrocarril) como las propias casas donde ellos vivían?