Por: Iris González Gamboa
Fotografías: Jean Roblero Briceño

Fueron cuatro años de investigación, pero por sobre todo, de rememorar. La fuente motivadora que representa el mineral para la autora estaba, pero los detalles, esos que condimentan la trama que gira en torno a las amigas Sara, Cristina y Brígida, van apareciendo espontáneamente desde el baúl de los más pequeños y grandes recuerdos familiares.

Y es que “Tronadura de Amor en Chuquicamata”, el nuevo y séptimo libro de Aída Santelices Kostópulos, es una novela romántica que pretende no quedarse sólo en eso. “Yo fui escuchando desde niña diferentes historias, cosas y la verdad es que me maravillaba todo ese tema; todo lo que se hablaba del despegar industrial, del gran despliegue de la industria minera y de cómo Chuquicamata iba tomando un renombre mundial”, afirma.

Por ello, contar sobre los amores y desamores de las protagonistas a partir de la ficción, no bastaba. Libros prestados, otros tantos heredados y revistas fueron parte del material con que la escritora se documentó para una obra que, además de historias de mujeres basadas en parte en vivencias del entorno de su familia, presentara también con rigor el proceso de industrialización en el mineral.

El personaje principal -relata- es una mujer “hija de gringos, que se enamora de un chileno y deja al marido que era gringo… ahí viene todo el drama. Además, el tipo con el que se va estaba totalmente relacionado con la industria de las azufreras, de las que los libros no hablan mucho, entonces yo también las pongo en relieve. Voy, paralelo con la historia social, familiar, amorosa y el drama, contando por qué se necesitaba tanto el azufre, porque hablo de la pólvora minera.”

La calameña, cuya niñez tuvo un estrecho vínculo con Chuquicamata, enfatiza que “no es un libro histórico, pero sí inspirado en la historia. A medida que avanzo con el drama, voy adentrándome en cómo se van construyendo más poblaciones; cómo eran, cómo estaban ordenadas, el material de las que las hacían, para quiénes era cada población… cómo empiezan a nacer los sindicatos y cómo la minera empieza a creer y no da abasto con la mano de obra de los hombres, ni de los caballos, ni de los trenes”.

MUJERES

En 213 páginas, Aída Santelices lleva también a recorrer más de cuatro décadas de amistad. “Las protagonistas son mujeres jóvenes que se casan. A todas les va mal por una cosa o por otra y se encuentran justo cuando están aproblemadas. Se ayudan…habla de sororidad hasta viejitas”.
En ese transcurrir -dice- el lector se ilusiona, no siempre encontrando el desenlace esperado, pero siempre ligado a la minería, con sus luces y sombras. “Al leer la novela, no solamente va a encontrar una historia de amor, una historia dura y triste, sino que va a aprender y enterarse de muchos detalles importantes…sabemos muchas cosas de afuera y no sabemos lo propio”, sentencia la escritora que por estos días celebra el que será un segundo tiraje del libro y ya afina su nueva novela, que saltará unas cuantas décadas de historia, para aterrizar esta vez en otro tipo de nostalgias.

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