Por: Claudio Alarcón Durán
Fotografía: Luis Zamora Caroca

En realidad, jamás pensé en la danza. Desde muy pequeña siempre quise estudiar Odontología, por lo que no tenía muy visible el lado artístico. Pero en cada aniversario que se tenía que bailar, estaba “pegándome el show”.

Así cuenta Francisca Zepeda Castillo su acercamiento con la danza, casi sin (o con) querer, pero guiada por una sensación difícil de describir, ya que su cuerpo le pedía bailar y ahí fue cuando una amiga la ayudó a ingresar a una escuela de ballet.

Una vez ya en las primeras clases, su profesor notó rápidamente sus condiciones para la danza, algo que fue toda una sorpresa. “Mis profesores comenzaron a decirme que tenía condiciones físicas y que hacen que la carrera sea más fácil. Muchos me preguntaban por mi cuerpo, mis pies, mi postura, mi metatarso, y no comprendía por qué me lo decían, pero con el tiempo lo entendí: Diosito me trajo al mundo con el cuerpo listo para bailar”, relata con convicción.

Si bien hasta el último momento se preparó para rendir la PSU de hace algunos años y estudiar Odontología, se dio cuenta que su pasión era la danza. “Todos me decían estudia danza, hasta que lo decidí y se lo mencioné a mis padres, quienes me dijeron que, si quería estudiar este arte, tenía que ser la mejor. Así comencé mi carrera en la universidad Uniacc, esto me ayudó a conocer y reconocer mucho más mi cuerpo”, comenta.

En gran medida, esta decisión estuvo basada porque en Calama no hay espacios que enseñen más allá de la educación tradicional. “La danza me ayudó a construir una relación con mi alma y mi cuerpo”, asegura.

NUEVOS OBJETIVOS

Tras terminar su carrera de Danza, se tituló de coreógrafa e intérprete. Aunque reconoce que la pedagogía le encanta, en lo personal está más inclinada por la segunda opción.” Es lo que más me mueve, apasiona, me produce fuego en el alma. Y para eso tengo que estar en Santiago, acá las posibilidades de ser intérprete son mucho mayores”, señala Francisca.

Es una mujer de objetivos y va paso a paso cumpliendo cada una de sus metas, tanto que logró como bailarina pisar el escenario de la Quinta Vergara en el “Festival de Viña” en una experiencia única, pues era un sueño que tenía desde que comenzó a estudiar danza.

En la actualidad, trabaja como docente en la universidad Uniacc, con dos cursos en el ramo de técnica moderna. Hace 7 años trabaja en Elephantcolor una gran familia y ahora es parte de la temporada del exitoso programa “Yo soy” de Chilevisión.

Con respecto a sus nuevos planes, su idea es emigrar a Estados Unidos y potenciar su carrera, a fin de consolidarse como intérprete, que es uno de sus grandes sueños. Un tema que ayudaría a esta decisión en que su hermana vive en Norteamérica.

“Todo esto lo he logrado gracias a mi familia, han sido “apañadores” y me siento afortunada. Sin eso, me habría quedado sin explotar mi lado artístico. Muchas veces me pongo a pensar que otros jóvenes no tienen esas condiciones y empatizo con eso, para cada día darlo todo”, dice con orgullo esta bailarina calameña.

También te puede gustar:

error: Content is protected !!