Por: Edgardo Solís Núñez
Fotografías: Ricardo Veragua Mussini / Edgardo Solís Núñez

MARISOL JAVIERA FERNÁNDEZ SALINAS

A Marisol Fernández la abordamos en pleno ensayo para las grabaciones de estudio del “Cancionero para la comuna de Sierra Gorda”, proyecto donde colabora con otros músicos regionales gracias al financiamiento del FNDR. Esta escena musical es parte de la fructífera labor de esta artista antofagastina.

Músico intérprete en guitarra eléctrica y técnico en sonido, comenzó sus estudios musicales en la Escuela de Desarrollo Artístico (EDA) F Nro. 60 “Armando Carrera González”, para luego continuar su perfeccionamiento en el Liceo Experimental Artístico y de Aplicación (LEA) y en la Escuela de Música del Teatro Municipal de Antofagasta con Guitarra Eléctrica.

Fundadora e integrante hasta la fecha de la Orquesta de Música Popular y del ensamble AMAUTA, ha canalizado su pasión por la música a través de la fusión de estilos, embarcándose en proyectos artísticos tan diversos y significativos como “BeatLadies”, un tributo femenino a los “4 fantásticos de Liverpool”, e “Insecto Reloj” donde explora la vanguardia al interpretar música de cultura popular de los 80 y 90, como bandas sonoras de videojuegos, películas, series de TV, comerciales y otros. Marisol es un verdadero riff de fuerza femenina, rock y guitarras.

¿Cómo nace tu pasión por la música?

Nace como algo natural, como consecuencia de que mi familia (padres, abuelos y primos) se vincula con el arte y muy especialmente con la música. En nuestro hogar, la guitarra y el canto siempre están presentes en cada reunión familiar, razón por la cual desde muy pequeña sentí el apoyo de todos, para comenzar mis estudios formales de música, que luego derivaron en técnico de sonido y en una carrera artística que me ha permitido crecer como profesional y artista.

Marisol es una apasionada del rock, pero por sobre todo, disfruta la fusión de estilos, la posibilidad de conocer nuevos exponentes, renovadas formas de vivir y expresar la música. La fusión le permite “probar, crecer, innovar y crear nuevas variantes”. Dicha posibilidad le entrega libertad al contar con la capacidad de moverse no importando el género, ya que mientras tenga una guitarra en sus manos a la que le pueda sacar armonías, será feliz.

¿Cuál ha sido el proyecto que te ha marcado y quizás provocado un punto de inflexión como profesional de las artes musicales?

Me declaro una enamorada de la música popular. Ella me ha brindado la posibilidad de experimentar diferentes estilos, de aprender, crecer y motivarme a disfrutar de nuevas propuestas. Ejemplo de ello es “Insecto Reloj”, una apuesta musical que apela a la nostalgia, que se proyecta desde los recuerdos de niñez, al evocar melodías de videojuegos y de aquellos dibujos animados que marcaron nuestra infancia. Es un proyecto que disfruto mucho y que espero volver a retomar una vez que las condiciones sanitarias mejoren.

¿Cómo has experimentado las restricciones impuestas por la pandemia?

Me he propuesto seguir en movimiento a pesar del covid 19 y de la paralización de la escena musical local. Me animé a potenciar mi canal YouTube, a través del cual comparto contenido permanentemente, lo que me permite hacer lo que me gusta. En tal sentido, debo agradecer a la música, porque me ha ayudado a superar difíciles momentos de la cuarentena, las restricciones y el encierro. El arte me motiva para seguir adelante, a no flaquear y recapacitar, recapacitar y seguir, porque yo vivo de la música y para la música.

Desde tu experiencia, ¿qué mensaje le podrías transmitir a las jóvenes que se ven animadas a incursionar en la música y especialmente en el rock?

Que sigan su corazón y “que le den nomás”. Si están seguras de que lo suyo es seguir una carrera musical, estudiar sonido o sueñan con estar sobre un escenario, “que le den”, porque estamos llamadas a romper los estereotipos del rock. Así que, muy seguras de sí mismas y convencidas de que lo podrán hacer.

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