Por: Paula Meza Brito
Fotografías: Bernardita Brancoli Poblete

Participar por 30 años dibujando Arte Rupestre en el desierto de Atacama, llevó a la diseñadora, docente e investigadora en Diseño y Patrimonio, Bernardita Brancoli Poblete, a seleccionar 160 bosquejos entre los más de mil que ha elaborado y publicar “Desde la Puna hacia la costa. Dibujos de Arte Rupestre en el desierto de Atacama” en 2019.

Esta obra representa un verdadero viaje visual y busca presentar las pinturas rupestres, comunicarlas y acercarlas a las comunidades que las albergan.

¿Cómo llegaste al desierto de Atacama?

Era estudiante de diseño y curiosamente siempre quise estudiar arqueología. Me enteré de que necesitaban a alguien que fuera a dibujar Arte Rupestre y días después, estaba instalada en el desierto con un grupo de arqueólogos, liderados por Francisco Gallardo. Desde ese primer encuentro, me enamoré del desierto y seguí participando en distintas investigaciones, lo que me permitió perfeccionarme y desarrollar una metodología de registro de dibujo.

¿Cuál es la importancia del vínculo que se generó entre el diseño y la arqueología?

Como diseñadora, fui de las primeras en hacer este trabajo y generamos una buena interacción de disciplinas. Yo dibujo frente a la pintura, es romántico y naturalista. Copio y mido sin intervenir, consciente de la obra de arte que está delante de mis ojos.

¿Cómo surgió la idea del libro?

Vengo de una disciplina que se vincula con las personas. Durante mis viajes, he sido testigo de que aún existe gente que no conoce las pinturas y este libro es una invitación a unirse en base a un lenguaje visual común. Su objetivo es poner a disposición de las comunidades, dibujos y motivos de Arte Rupestre y así favorecer el vínculo entre el patrimonio visual y las personas.

¿Qué representa el título de la obra?

Me imaginé el tránsito de un personaje que viaja desde la alta puna naciente del río Loa, sus alrededores y el Salar de Atacama, luego sigue hacia la costa, en la Quebrada del Médano en Taltal, Región de Antofagasta, y termina en la Quebrada Pinturas y Finca Chañaral.

LIBRO

¿Cuál crees que es el elemento diferenciador del texto?

Es un libro absolutamente visual y adaptado para que cualquier persona lo pueda leer. Es un viaje visual por el desierto de Atacama, con dibujos bien delimitados y contrastados. No hay una apuesta ambiciosa de autor, es simplemente presentar los dibujos y el Arte Rupestre como tal.

¿Cómo ha sido transitar el desierto?

Maravilloso, la mejor experiencia que he tenido. En otra vida creo que viví en el desierto. Me encanta la sensación de despojo, de que eres tú y nada más, en un paisaje infinito que te emociona y deslumbra permanentemente.

¿A quién le dedicas este trabajo?

A los niños y las futuras generaciones; ellos son los encargados de salvaguardar el patrimonio. Es la posta que viene, sin duda.

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