“Soy una mujer del desierto orgullosa de sus raíces”

Fotografías:

Francisco Alvarez

Ilia Reyes Aymani es una atacameña, empoderada, amante de su tierra y de las virtudes que entrega la zona donde nació, se crió y vive. Por eso, cuenta con una red de apoyo muy potente y cercana tanto en su pueblo San Pedro de Atacama como en la Región de Antofagasta, el país y el extranjero.

Se define como una mujer del desierto más árido del mundo, “orgullosa de sus raíces y un legado ancestral” que honra a su linaje y a quienes le dieron la vida: Wenceslao y Eleuteria. Su visión dual como mujer lickanantay, entre la altivez de su herencia cultural y la resistencia a los cambios de la tecnología y la globalización, la impulsa a adaptarse sin perder la esencia de su comunidad.

Como gestora lickanantay, Ilia dedica su vida a visibilizar la cultura, tradiciones y lengua de su territorio, especialmente la lengua Ckunsa, en la que se ha formado como lingüista autodidacta.

Su trabajo busca empoderar a las nuevas generaciones, guiándolas en un camino de reconexión con sus raíces. A través de la perseverancia, la confianza en sí misma y una profunda conexión con su comunidad, Ilia ha logrado posicionarse como una voz clave para su pueblo, demostrando que la cultura no se rescata, sino que se visibiliza porque está viva y vigente.

Desde su territorio ancestral en San Pedro de Atacama, nos comparte su camino como gestora cultural y defensora de la lengua y cosmovisión de su pueblo. Una voz que resiste, crea y transforma desde el corazón de la tierra.

¿Cómo te describirías?

Soy una mujer del desierto, nacida de un linaje de pastores, agricultores, músicos y ojalateros. He aprendido a moverme con lo que tengo, a crear con lo que ofrece el territorio. Mi identidad está tejida con memoria ancestral.

¿Qué significa para ti ser lickanantay?

Es un orgullo y también una lucha constante. Por un lado, somos portadoras de saberes antiguos. Por otro, enfrentamos la pérdida de lo comunitario y un vacío espiritual provocado por el avance de una modernidad que no dialoga con nuestra forma de ver la vida.

CKUNSA

¿Cómo se ha formado tu rol dentro de la comunidad?

Observando, escuchando y respondiendo a las necesidades comunes, especialmente en educación. Trabajo como gestora y cultora de la lengua Ckunsa, desarrollando proyectos con escuelas y comunidades, siempre con la intención de fortalecer la identidad desde la raíz.

¿Y cómo nace tu trabajo como artesana?

Desde la necesidad. Nuestra cultura no ha sido artesana en el sentido comercial, pero siempre ha tenido técnicas utilitarias ancestrales. Recojo esas técnicas y las adapto al presente. La artesanía, para mí, es espíritu en movimiento, es memoria viva.

¿Qué valores ancestrales visibilizas en tu quehacer?

El uso consciente de la materia prima, el respeto por lo hecho a mano y el vínculo profundo con la tierra. Trabajar con las manos en el desierto es una forma de diálogo espiritual.

VALOR CULTURAL

¿Cuáles son los obstáculos más difíciles que has enfrentado?

La resistencia dentro de nuestras propias comunidades. La colonización dejó heridas profundas, y cuesta que las generaciones que hoy tienen poder reconozcan el valor cultural propio.

¿Qué proyectos te movilizan hoy?

Acompañar a quienes quieran aprender la lengua y la cosmovisión lickanantay. Visibilizar lo que somos sin tener que justificarlo, porque nuestra cultura no necesita ser validada para tener valor.

¿Cómo ves tu vínculo con el territorio?

Soy parte de él, la tierra no es algo externo. Vivir en equilibrio significa respetar todos los seres, reconocer que nuestras acciones afectan ese equilibrio.

¿Qué te gustaría ver entre empresas, escuelas y comunidades?

Un diálogo real por el buen vivir del territorio. Que dejemos de priorizar el capital y volvamos a una educación que enseñe a valorar la vida desde nuestras propias raíces.

Y si pudieras dejar un mensaje a tu comunidad, ¿cuál sería?

Que no olvidemos quiénes somos. Que dejemos de mirar la cultura como algo que se perdió y empecemos a vivirla con orgullo cada día. Nuestra historia no es sólo resistencia, es sabiduría, es alegría, es fuerza. Volvamos a creer en nosotros, desde la raíz.

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