Una llamada desde el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio recordó a Jerny González Caqueo que se puede, incluso con el centralismo con el que suelen lidiar en regiones.
Al otro lado del teléfono, se le comunicaba a la socióloga tocopillana que su primer libro, que aún estaba ad portas de entrar a la imprenta de la mano de Pampa Negra Ediciones, había hecho historia en los Premios Literarios de esa cartera.
“Resistir creando entre poesía y danza. La vida de Nelly Lemus Villa” fue elegido como el ganador de la distinción Escrituras de la Memoria, en la categoría de Obra Inédita.
El miércoles 27 de noviembre, en el Centro Cultural de España de Santiago, la ministra de las Culturas, Carolina Arredondo Marzán, le entregó el galardón al que postuló sin grandes expectativas. “Yo lo recibí con mucha incredulidad, no me lo esperaba (…) no iba a contestar, porque era un número desconocido”, relata, agregando que “cuando me dijo que era del Ministerio de las Culturas y que había ganado, pensé ‘mención honrosa’. Me puse un techo, que tiene que ver con este espíritu abandónico…desde las regiones tenemos eso muy incorporado, no solamente acá; que no nos consideran en Santiago, somos los abandonados”.
Sin embargo, la portadora de la noticia continuó, comunicándole que había triunfado en una de las distinciones. “Yo, y se lo dije a ella, no pude seguir hablando. Fue muy emocionante, muy bonito”, contó.
Cuando el ministerio ya difundió la noticia por los canales oficiales, Jerny fue a contarle la noticia a quien la inspiró. “Siempre supe en realidad que cuando eso ocurriera, tenía que decírselo personalmente a ella, así que la llamé, me fui prácticamente corriendo. Primero estuvo igual que yo, muy incrédula, y después muy contenta. Fue muy bonito compartir eso”.
El libro es fruto de ideas, intentos y propuestas que tienen su origen en los vínculos forjados entre ambas a mediados de la década del ’70, cuando se conocieron en la época del Tambo. “Tiene que ver con los lazos que se forjaron ahí, pero no sólo por los lazos, sino también la obra, que la fui conociendo mientras se fue desarrollando. Y junto con eso pasó algo increíble, porque fue obteniendo reconocimiento y premios, en un momento que era muy difícil obtenerlo con las cosas que ella hacía, además, siendo ella comunista. Y estamos hablando de dictadura”.
¿POR QUÉ NELLY?
Finalmente, se decidió y comenzó a darle vida al proyecto sin recursos ni experiencia en la materia. Todo, para contar la trayectoria de la maestra, bailarina y poetisa, que tiene “una historia personal que refleja y expresa la historia colectiva”, asegura.
Para Jerny, escribir de Nelly es relatar de lucha y perseverancia. “Es una historia de lucha que vincula su propia vida con su biografía familiar, viene de muy atrás y en este vínculo familiar la historia se remonta a los inicios de la historia social obrera en Chile. Ahí estoy hablando del ciclo o explotación del salitre; de allí viene la historia de su familia y de eso ella se nutrió por su biografía personal y familiar, porque de muy niña se enfrentó a un ambiente muy adverso, a acontecimientos que fueron muy duros, muy fuertes y en ese contexto tuvo la capacidad de forjar una identidad resiliente que fue fundamental en todo lo que vino después en su vida”.
El quehacer humano, profesional y artístico-cultural de Nelly Lemus es sinónimo de un largo y admirable etcétera en el que uno de sus grandes sellos es la identidad local y regional. “En todo lo que ella hace siempre está presente, incluso en las expresiones que pudieran ser más políticas, la identidad norte”, enfatiza la escritora.
En sus 86 años de vida- recalca – Nelly nunca ha dejado de crear a través de la poesía y a través de la danza. “Ella ha creado escuela; ella ha hecho escuela. Ha logrado un espacio propio, un reconocimiento, poner e imponer un sello, que es el sello Nelly Lemus. Lo que ha conseguido lo ha puesto y pone al servicio de otros creadores (…) Se ha creado un espacio propio desde la adversidad, económica o política, porque finalmente ha sido una persona y una mujer consecuente en un mundo, en una sociedad machista y también en un espacio bastante complicado en que se hacen muchas cosas a pulso y en el que lo local o regional no tiene un espacio muy reconocido a nivel nacional, a nivel oficial”.
El premio recibido corona así, este 2024 para ambas y especialmente para la autora, que recalca con orgullo el ser mujer, de Tocopilla y quechua. Voy a continuar- sentencia -, porque “con Nelly abrí un camino, una brecha que tiene que ver con la memoria y en ese tipo de memoria, con mujeres también”.