Por: Paula Meza Brito
Fotografías: Daniela Esperanza

Dirigido por Daniela Esperanza, diseñadora estratégica lickanantay y desarrollado en colaboración con la Fundación de Cultura de San Pedro de Atacama en su área de Conservación Patrimonial, este proyecto busca poner en valor el conocimiento transgeneracional de la artesanía local que mantiene viva la identidad y la cultura de un pueblo.

Uniendo generaciones y preservando la esencia de su cultura, las y los artesanos lickanantay han tejido el hilo invisible que une por décadas el pasado con el presente. Su compleja labor es un reflejo de saberes que trascienden los límites del tiempo y del espacio. Cada trazo, tejido, tallado y cada moldeado es un acto de preservación activa y consciente de la herencia cultural lickanantay.

En este sentido, desde el reconocimiento a las manos que dan vida a la cultura de un pueblo, el Sello de Artesanía Lickanantay nace como un proyecto que busca visibilizar el trabajo del artesano tradicional desde su territorio, generando una ventana de venta por medio del e-commerce y espacios definidos para su visualización, educación y comercialización. Además, se involucra en la creación de embalajes que no sólo protegen las piezas, sino que también cuentan historias, conectando así a los compradores con las personas que preservan estas artes ancestrales.

En su fase inicial, el Sello de Artesanía Lickanantay llevó a cabo diagnósticos que revelaron diversas problemáticas. Entre ellas, dificultades asociadas al uso de la madera de cactus cardón (Echinopsis atacamensis), debido a la restricción impuesta por CONAF para preservar la especie. Sin embargo, se evidenció que la recolección de estos troncos se realiza únicamente cuando ya han completado su ciclo natural. Por esta razón, se emprendió la gestión para obtener la aprobación de CONAF, permitiendo así a los artesanos extraer y utilizar esta materia prima, garantizando que dicha práctica no afecte negativamente al ecosistema.

Desde esa perspectiva, la conexión entre el territorio y el conocimiento artesanal se revela como un vínculo vital. Cada región, con sus particularidades geográficas, climáticas y estacionales, contribuye de manera única a la formación del artesano. Este proceso de aprendizaje se nutre de las materialidades presentes en el entorno, permitiendo no solo comprender su oficio, sino también crear piezas que reflejen las necesidades identitarias de la comunidad. Ya sea a través de la confección de abrigos que respondan a las condiciones climáticas, la elaboración de elementos ceremoniales o la creación de insumos cotidianos, el artesano se convierte en un portador de la esencia cultural y territorial.

De esta forma, el Sello de Artesanía Lickanantay es un tributo a la magnificencia de la cultura y al profundo conocimiento que emana de los artesanos. Y es también, una invitación a adentrarse en el universo de significados y simbolismos ancestrales que se despliegan en cada creación. A través de este proyecto, se valora y se reconoce la sabiduría transmitida de generación en generación; un legado que se fusiona con la experiencia y la creatividad de los propios artesanos.

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