Fotografías: Edgardo Solís Nuñez / Juan Pablo Loo Olivares
Del Aymara (apellido), Paniri: “El que llega” o “visita”; “el que pernocta”
Sinónimo de libertad y de memoria ancestral, su nombre evoca al héroe lickan antay, Tomás Paniri, quien formó parte de la rebelión andina encabezada por el inca Tupac Amaru II, contra la cruz y la espada del conquistador europeo.
Traicionado por el cura Alejo Pinto de Chiu Chiu, el libertador cae prisionero y es martirizado por el español en el poblado de Ike Ike.
Su recuerdo continúa vivo con el viento de las tardes y en el sol que germina vida.
El Rebelde de los Andes, continúa protegiendo a la cuenca del Río Salado y a los hijos del agua y el desierto.
El Volcán Paniri es coronado por una laguna, que inmortaliza la robusta figura que destaca entre cerros y montañas; y que es surcada por viejos caminos llareteros y por apachetas que guían al peregrino hacia el adoratorio emplazado en su cumbre.