Por: Osvaldo Urrutia Madariaga
Fotografías: María Eugenia Vargas
“Hay algunos que llegan a dudar que Jesús sea judío y que debe ser palestino porque nació en Belén, eso igual nos manda un mensaje fuerte: han pasado 2023 años de su nacimiento y definitivamente la figura de Jesús no deja indiferente a nadie, ni a moros ni a cristianos”, dice la periodista María Eugenia Vargas, quien es protagonista de una noticia que llama la atención: tener una colección de 400 pesebres de artesanos de distintas partes del mundo y del país.
¿Cómo nace este hobby o colección de pesebres?
La colección nace de forma accidental en 1976, cuando me iniciaba en el periodismo, fui enviada a hacer una crónica de la Feria de Artesanía de la Universidad Católica, que en ese momento se hacía en el Parque Forestal. Allí entrevisté a un artesano de Ayacucho (Perú) que tenía una colección de retablos, al término de la entrevista me ofreció uno a mitad de precio. No quería comprarlo ya que como estaba recién empezando a trabajar, tenía un presupuesto del que no podía salirme, pero insistió tanto que no pude negarme y lo compré contra mi voluntad. Al año siguiente me encomendaron la misma nota y se repitió la situación. Así la colección partió con esos dos pesebres ayacuchanos que ponía bajo el árbol, por esos años empecé a salir con Alejandro, mi esposo, y él me regaló un tercero, pensando que me gustaban y así de manera muy casual fueron llegando nuevos pesebres, al completar la primera docena pensé que podía agregar uno o dos más, así de cada viaje incorporaba algunos, y la Feria de Artesanía de la Universidad Católica siguió también nutriendo la colección, luego están los amigos que comienzan a traerte pesebres de sus viajes y de ese modo al cabo de unos 34 años, mi colección alcanzaba las 400 unidades, entre conjuntos grandes, miniaturas y sagradas familias.
¿Hay algún significado, ya sea religioso, histórico o de valorar en forma especial la Navidad?
Pertenezco a una familia creyente y por ello, como para la mayoría de los católicos, el nacimiento de Jesucristo forma parte de las bases de nuestra fe.
¿Detrás de cada pesebre debe haber alguna historia de viajes, países y las manos de un artesano?
Efectivamente, cuando uno asume que es coleccionista, empieza a esmerarse por conseguir figuras de culturas lejanas, de lugares emblemáticos, por ejemplo, un amigo viajero que vive en Israel, me mandó de regalo un pesebre de madera de olivo que para mí es muy importante. Estuve dos años intentando localizar a un artesano católico chino que hacía pesebres de madera con animales y árboles típicos de China, finalmente logré localizar a su hija que hablaba inglés y durante un viaje a Beijing pudimos materializar la compra.
En Madrid logré contactar una tienda de artesanía africana que me consiguió un pesebre de ébano de Burquina Faso y uno de piedra Jabón de Niger. De México en una oportunidad recorrí el pueblo de Metepec, cercano a Toluca, golpeando puertas casa por casa, hasta que logré dar con un artesano que hacía árboles de la vida con un pesebre en sus ramas.
En Asunción (Paraguay) caminé por montañas de barro bajo un diluvio universal en el pueblo de Tobati, en busca de un artesano que hacía pesebres de madera, donde todos los personajes visten con la típíca ropa de campo de las comunidades guaraníes.
¿Y nacionales?
De Chile he podido conseguir pesebres de Pomaire, Quinchamalí, Rari, la Araucanía. Mi primer pesebre con motivos mapuches se lo compré a una artesana arequipeña. Era una bella pieza, estaba muy bien lograda la vestimenta, las joyas y los cultrunes, pero tenía como animales dos llamas. Le dije que las llamas no son autóctonas de esa zona y me explicó que como era oriunda del altiplano, quería de una u otra forma incluir las llamas como un saludo altiplánico al pesebre mapuche, ya que según su cosmovisión, el Niño Jesús debía ser adorado por gentes y animales de todo el mundo, ya que a su parecer Jesús es de todos.
En el Parque el Loa en Calama, encontré un pesebre de negros. Todas las figuras eran negras, pero el niño era blanco, me ofrecieron un descuento, pero dije que no, quería el pesebre con niño negro. Esperé horas y horas que ellos revisaran todo el puesto hasta que finalmente en el lugar menos pensado apareció el niño.
Además, esta colección ha salido de tu hogar, ¿has realizado exposiciones y de hecho te llaman e invitan para eso?
Recibo muchas invitaciones para hacer exposiciones, pero creo que esta que haremos en la UCN este año, será la última, ya que realmente dan mucho trabajo y prácticamente te demanda noviembre y diciembre que son fechas donde también hay que dedicarle tiempo al hogar a preparar cola de mono, pan de Pascua y además a preocuparse por la Navidad de los que menos tienen.