Por: Iris González Gamboa
Fotografías: Aldo Salgado
El valor de los rituales y sus simbolismos para los pueblos y sus habitantes inspiraron la muestra que, durante el segundo trimestre, exhibió en el Museo de Antofagasta el destacado artista plástico y escultor autodidacta, Aldo Salgado Ira.
Junto a su par Maru Ckamur, que también es una reconocida muralista de la región, presentó “Rituales”, exposición que define como “una selección de obras nuevas y antiguas, las cuales nunca habían sido expuestas en conjunto. Nueve pinturas entre óleos y acrílicos de Maru y nueve esculturas de mi autoría en diversas materialidades. La idea de esta exposición era precisamente poder hacer el recorrido por obras creadas acá en la zona en un periodo de tiempo, las cuales poseen un estilo y un devenir en común y a las cuales les hemos dado un concepto que es el del ritual por la magia y el génesis dionisiaco presente en cada una de ellas”.
Pasión y talento
Nacido en la capital, pero antofagastino “por adopción” desde pequeño, a los 28 años Aldo decidió cambiar “un Santiago estresado por la calma del desierto y la energía del mar”.
Su caminar artístico- recuerda -nace del aprecio que sentía por las artes. “Era un joven y visitaba teatros, recitales de música y poesía, pero sobre todo galerías. Semanalmente hacía recorrido por ellas…recuerdo con mucho agrado los montajes de la galería BUCCI, lugar favorito donde cambiaban expositores casi semanalmente. Allí pude ver mucho arte y sobre todo experimental, creo que en tiempos en que no existía el internet, ése fue un tremendo aprendizaje y también muy motivador”, relata.
¿Siempre lo tuyo fue lo plástico o fue un arte que fuiste descubriendo?
Siempre. El arte logró llamar mi atención mucho más que otras cosas. Comencé con el dibujo y la pintura y luego la música en algún momento compartió mi tiempo y mi mente. La escultura llega a mí casi por casualidad, después de muchos años, contando ya con 30 y tantos. En medio de unas clases de soldadura, comienzo a experimentar con el metal y logro hacer una obra que aún conservo y que es muy simbólica de mi proceso como escultor.
Eres autodidacta. ¿Tuviste algún referente de esa disciplina y cómo has ido perfeccionando tus habilidades?
Sí, como me encantaba asistir a exposiciones, buscaba en ellas sobre todo lo nuevo, lo distinto; lo que lograra una diferencia con lo común y en ese sentido cada obra que lograba cautivarme era sin duda un referente posterior para mis creaciones, directa o indirectamente, según fuera el proceso creativo. Hoy en día, con la tecnología disponible, la información en historia, en técnicas o en imágenes es casi infinita, lo que puede ayudar mucho a quien como yo no tuvo estudios formales de arte. A pesar de esto, creo que el trabajo de taller, la experimentación y la creatividad para ir solucionando son fundamentales para ir avanzando en esa línea de las habilidades.
Fierro, madera, yeso, barro y botellas plásticas son parte de esas materialidades que elige al crear y en las que le gusta variar. Muchas veces aplica técnicas mixtas, en las que mezcla dos o tres materiales en una obra y fusiona técnicas, como la soldadura directa junto con modelado o tallado con aplicaciones en repujado de metal. “Sé que no es muy ortodoxo, pero me doy esas libertades y, más aún, no tengo el peso de la academia que me lo impida”, afirma.
En su proceso creativo, explica Salgado, la mayoría de las veces “antes que exista la obra como idea o proyecto, está presente el deseo de transmitir. A veces es una idea confusa que se logra ir aclarando en el contacto con el material…otras veces lo que se desea transmitir está muy claro, pero puede ir mutando durante el proceso, a través de los diálogos que se generan entre la obra y el creador. Finalmente, creo que lo que transmiten mis obras terminadas tienen directa relación con la energía con las que fueron realizadas”.
Algo palpable en “Rituales”, en la que para el artista, quienes la visitaron se encontraron con lo que define como una “explosión de formas y colores enmarcados en la temática del ritual; la mirada respetuosa a nuestra cultura ancestral, las reivindicaciones sociales desde el cuerpo y el espíritu, la religiosidad presente en nuestra zona junto con la introspección de ambos artistas y la reflexión que conlleva el observar, con la calma y presencia que amerita”.
Lo que viene ahora es lograr que el montaje llegue a otras ciudades. “Nosotros ofrecemos gratuitamente la exposición, porque creemos que la posibilidad de apreciar arte y cultura es algo que merecen todas las personas y no sólo los que puedan tener acceso a grandes galerías o a la compra de una obra”, enfatiza.
Además, están en la búsqueda de financiamiento para “Ckunsanta”, maqueta expuesta en “Rituales” e inspirada en un cuadro del pintor antofagastino Juan Salva. En conjunto con la fundación que lleva su nombre, esperan que se transforme en una escultura de tamaño monumental, en homenaje al maestro y la comunidad de los bailes religiosos de la región.