Todo comenzó en 2021, cuando un grupo de artistas circenses de Calama, motivados por el deseo de tener un espacio cultural para expresarse, mostrar y compartir el talento de los exponentes locales, se unieron para levantar un centro cultural de las cenizas de una exdisco abandonada. Ahí, iniciaron la ardua labor de reconstruir un edificio en ruinas, con las cicatrices de un incendio que parecía haber sellado su destino.
Sin embargo, para estos jóvenes artistas de los malabares y las risas, esas ruinas representaban una oportunidad, un lienzo en blanco sobre el cual podían proyectar sus sueños y aspiraciones.
Y fue así que a lo largo de los años varios artistas construyeron “La Casa del Artista Paniri”, levantando todo tipo de iniciativas culturales, eventos mensuales autogestionados y gratuitos para la comunidad, propuestas por los mismos artistas que han dado cabida a una gran variedad de intervenciones artísticas como show de variedades, cafés literarios, espectáculos, exposiciones, talleres y charlas, entre otras.
Por medio de convocatorias abiertas y con un enfoque autogestionado y participativo, la Casa del Artista Paniri albergó a cientos de artistas de todas las edades y disciplinas, quienes encontraron un lugar donde pudieron conectarse con otros creadores, colaborar en proyectos y visibilizar su trabajo, un hogar donde sus voces y talentos fueron escuchados y sus obras apreciadas por la comunidad.
ITINERANCIA
No obstante, en mayo de 2024, un duro golpe sacudió a la Casa del Artista Paniri: el desalojo del espacio que tanto trabajo y años les había costado restaurar y levantar. Pero lejos de rendirse, los artistas y gestores culturales decidieron expandir las redes del arte más allá del antiguo centro cultural.
El presidente de la Corporación Sociocultural Paniri, Francisco Guerra Galleguillos, comentó que “entendimos que la Casa no es sólo un lugar físico, sino una comunidad y una red de personas unidas por el amor al arte y la cultura”.
Desde el desalojo, manifestó que “hemos llevado nuestras actividades de manera itinerante a cada rincón que nos ha abierto sus puertas en Calama y pueblos del Alto El Loa, encontrando nuevas instancias para llevar el arte y la cultura en juntas de vecinos, canchas, plazas y parques”.
Actualmente, los integrantes de la Casa del Artista Paniri lejos de bajar los brazos, han seguido luchando con cada pincelada, acrobacia y actuación, asumiendo el arte como un acto de resistencia y transformación social.
La Casa del Artista Paniri sigue siendo un faro de esperanza y mantiene encendida la llama de la pasión y transformación social cultural, que los ha llevado a ser reconocidos a nivel regional como un Punto de Cultura Comunitaria por la Seremi de las Artes, Culturas y Patrimonio de la región de Antofagasta. Siendo más que un lugar físico, un concepto que une esta red de artistas en la lucha por más espacios culturales e instancias de participación artística autogestionadas.