Por: Osvaldo Urrutia Madariaga
Fotografías: Flavio Muñoz

Antofagasta es reconocida como ciudad-puerto. Por eso no es casualidad que tres símbolos de la ciudad estén relacionados al mar como es La Portada, el Muelle Histórico y Cerro El Ancla. Pero también esconde una historia y arqueología submarina que relata naufragios de barcos que eran prácticamente el único medio de transporte hasta la primera mitad del siglo XX.

Una historia que se niega a morir gracias al trabajo, muchas veces anónimo, del realizador audiovisual Flavio Muñoz, quien desempolva libros y se adentra en las profundidades de nuestro mar que fue escenario del hundimiento de galeones y barcos de carga y pasajeros.

¿Cómo se da este trabajo que rescata el patrimonio submarino?

Me pareció interesante empezar a recolectar datos acerca de los naufragios de la región, y así contribuir al patrimonio submarino. Si bien me defino como un arqueólogo amateur, me hice asesorar por la Escuela Internacional de la Universidad SEK. Esto me llevó a desarrollar mi primer documental “Crónicas Submarinas”, financiado a través de un proyecto Fondart que relata diversos naufragios ocurridos en la zona, centrándose principalmente en el hundimiento del mercante “María Elisabeth”, ocurrido el 14 de enero de 1965, tras sufrir una explosión.

Este proyecto del 2004, me llevó a conocer a testigos y sobrevivientes de este naufragio.

Este proyecto te llevó a una segunda parte…

Justamente, la familia que le sobrevive al dueño de la naviera tiene un registro fílmico del hundimiento del “María Elisabeth”, lo que vendría a ser en la actualidad el material de un cazanoticias, registro de un capitán alemán que tomó su filmadora. Tras conocer al nieto de la naviera, me llama en 2005 y puso a mi disposición este filme de 16 mm, que requería ser digitalizado, pero no había mucha tecnología para hacerlo.

De hecho, era un misterio ese filme, el que se develó tras lograr verlo en una escuela de cine que me llevó a un nuevo proyecto, que tras conseguir el financiamiento logré darle vida en 2017 al documental “María Elisabeth, infierno bajo el mar”, una historia que aún está en la memoria de algunos antofagastinos, ya sea abuelos o bisabuelos, como también de familiares de bomberos, estibadores o quienes trabajaron en esa emergencia.

PATRIMONIO

Al escucharte, uno se pregunta ¿por qué no se exhibe en los establecimientos educacionales de Antofagasta?

Yo apunto para allá. Sería sumamente importante destacar y rescatar este trabajo como patrimonio submarino de la ciudad que está frente a nosotros. Además, el mar era prácticamente la única carretera de conexión que tenía esta zona cuando comenzó a ser poblada hasta prácticamente la primera mitad del siglo XX.

No era fácil vivir en el norte, por ello creo que sería importante que este material sea exhibido en los colegios de la región. Es hora de valorar nuestra historia.

¿Cuál es el próximo desafío?

Estoy trabajando en un documental del “María Elisabeth”, centrado en un sobreviviente del naufragio, quien sufrió quemaduras tras la explosión y casi muere. Era un adolescente que trabajaba en el barco como ayudante de cocina, quien asumió el accidente como una oportunidad de superación. Es así que llegó a ser capitán de un navío alemán, lo que le permitió recorrer el mundo y ahora está radicado en Inglaterra.

Cada vez que viene a Chile, visita Antofagasta y entrega una ofrenda al mar, frente al lugar donde ocurrió el accidente. Se trata de un proyecto que aborda la parte vivencial y más humana de este capítulo de la historia de Antofagasta. Estoy en la búsqueda de financiamiento, por lo que espero ejecutarlo el próximo año.

Es decir, sigue vivo el “María Elisabeth”…

Es increíble, y me sigue mandando señales, es una oportunidad para sacar esa información y entregarla a todo el mundo… La principal motivación es mantener vivo este patrimonio. Es increíble todo el litoral que tiene Chile y tan escasa la historia que hemos rescatado, y me siento orgulloso de contribuir en aquello.

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